On the Death of the Beloved By John O’Donoghue Though we need to weep your loss, You dwell in that safe place in our hearts, Where no storm or night or pain can reach you. Your love was like the dawn Brightening over our lives, Awakening beneath the dark A further adventure of colour. The sound of your voice Found for us A new music That brightened everything. Whatever you enfolded in your gaze Quickened in the joy of its being; You placed smiles like flowers On the altar of the heart. Your mind always sparkled With wonder at things. Though your days here were brief, Your spirit was alive, awake, complete. We look towards each other no longer From the old distance of our names; Now you dwell inside the rhythm of breath, As close to us as we are to ourselves. Though we cannot see you with outward eyes, We know our soul’s gaze is upon your face, Smiling back at us from within everything To which we bring our best refinement. Let us not look for you only in memory, Where we would grow lonely without you. You would want us to find you in presence, Beside us when beauty brightens, When kindness glows And music echoes eternal tones. When orchids brighten the earth, Darkest winter has turned to spring; May this dark grief flower with hope In every heart that loves you. May you continue to inspire us: To enter each day with generous heart. To serve the call of courage and love Until we see your beautiful face again In that land where there is no more separation, Where all tears will be wiped from our mind, And where we will never lose you again.

Sobre la muerte del amado Por John O'Donoghue   Aunque necesitamos llorar tu pérdida, Tú moras en ese lugar en nuestros corazones, Donde no hay tormenta ni noche ni dolor. Tu amor fue como el amanecer Iluminando nuestras vidas, Despertar bajo la oscuridad Una nueva aventura de color. El sonido de tu voz Encontrado para nosotros Una nueva musica Eso iluminó todo. Cualquier cosa que envuelvas en tu mirada Acelerado Colocaste sonrisas como flores En el altar Tu mente siempre brillaba Con asombro por las cosas. Aunque tus días aquí fueron breves, Tu espíritu estaba vivo, despierto, completo. No miramos más ni más Desde la vieja distancia de nuestros nombres; Ahora moras dentro del ritmo de la respiración, De cerca de nosotros como lo somos nosotros mismos. Aunque no podemos verte con ojos externos, Sabemos que nuestra alma está sobre tu rostro Sonriéndonos desde dentro de todo A lo que aportamos nuestro mejor refinamiento. No te busquemos solo en la memoria, Donde creceríamos solos sin ti. Te gustaría encontrarte en presencia, , Cuando la amabilidad brilla Y la música hace eco de tonos eternos. Cuando las orquídeas iluminan la tierra, El invierno más oscuro se ha convertido en primavera; Que este dolor oscuro florezca con esperanza En cada corazón que te ama. Que sigas inspirándonos:   Para entrar al día con corazón generoso.Para servir al llamado de coraje y amor Hasta que veamos tu hermoso rostro Hay una mayor separación Donde todas las lágrimas serán borradas de nuestra mente Nunca te perderé de nuevo.